Nunca había estado tanto tiempo
fuera de mi casa, pero fue fructífero, en amigos, viajes y adrenalina. El único
perjudicado ha sido mi estómago, que trabajó casi sin tregua. Claro esta que el
muy c.br.n, me ha compensado con unos kilos de más, que ahora tendré que eliminar.
Menudo viaje, pierdo el tren de Pontevedra a Madrid, un taxi me lleva a la próxima
parada. En Madrid por poco me presento un día antes en el aeropuerto para tomar
el avión a Atenas. Llego tarde al ferry, a dormir en el Pireo.
Pero por fin ya estoy en mi casa,
el RALIP cubierto de polvo pero bien estibado. Ahora toca un repaso profundo al
motor. Cambiar el resto de las tuberías, que no se hicieron en la varada
anterior. Repasar la jarcia. Limpieza tanque diesel. Dar la patente de matriz dura y al agua.
Mañana comienzo a trabajar, hoy
toca saludar a los amigos y cenar en la taberna de mi amigo Kostas.
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